Saltar al contenido

Aprende Cualquier Cosa en 3 Pasos | Método Feynman Explicado

https://www.youtube.com/watch?v=_fmlFX0Y3UQ

Si no puedes explicarlo con palabras simples…
es que no lo has entendido bien.

Esa frase…
guárdala.
Porque lo que vas a aprender ahora
podría cambiar la forma en que estudias para siempre.

No importa si estás en el colegio,
en la universidad,
o preparándote una oposición.

Este método te sirve para todo.
Y lo mejor de todo…
es que no necesitas ser un genio.

Solo seguir tres pasos.
Tres.

El primero…
es dejar de estudiar como todo el mundo estudia.

Porque lo que hacemos normalmente no funciona.
Subrayar.
Leer en voz baja.
Hacer esquemas sin entenderlos.
Repetir frases que no tienen sentido.

Todo eso es esfuerzo.
Pero esfuerzo mal dirigido.

El Método Feynman empieza con algo muy distinto.
Y muy simple.

Leer.
Sí. Leer.
Pero no para memorizar.

Leer para entender.

Toma el tema que tengas que estudiar
y léelo de principio a fin.
Sin tomar notas.
Sin subrayar.
Sin detenerte.

Solo lee.

Como si estuvieras viendo una película.
Una historia.

Tu cerebro necesita ver primero el mapa completo.
Solo así podrá orientarse cuando tenga que profundizar.

No te preocupes si no recuerdas cada dato.
Todavía no es momento de memorizar.

Es momento de comprender la idea general.
La estructura.
El por qué.

Si puedes, haz esta lectura una segunda vez.
Y si puedes una tercera… mejor aún.

Pero una vez basta para continuar.

Porque ahora viene el segundo paso.
Y es donde empieza la verdadera magia.

Cierra el libro.
Y toma una hoja en blanco.

Sí. Una hoja.
Y escribe todo lo que recuerdes del tema.
Pero atención:

INTERESANTE:  Cómo limpiar las rejillas de una parrilla de carbón

Tiene que ser con tus propias palabras.
Y lo tienes que explicar como si se lo contaras a un niño de 12 años.

Nada de palabras complicadas.
Nada de definiciones textuales.

Solo tú…
intentando entender lo que acabas de leer
y contándolo de forma simple.

Imagina que alguien te pregunta:
“¿Y esto qué es?”
Tu respuesta debería sonar clara.
Sencilla.
Natural.

Si te atascas…
bien.

Eso es justo lo que estás buscando.

Detectar qué parte no entendiste.
Qué parte se te olvidó.
Qué parte no puedes explicar todavía.

Y ahí es donde vas a volver al libro…
pero no para leerlo entero otra vez.

Solo para revisar ese punto concreto que falló.
Leerlo.
Entenderlo.
Y explicarlo mejor.

Así entrenas tu comprensión real.
No estás copiando.
Estás construyendo.

Estás obligando a tu mente a pensar.
A procesar.
A traducir.

Y cuando haces eso…
empiezas a aprender de verdad.

En la siguiente parte,
verás cómo reforzar todo esto con una técnica muy sencilla.
Y cómo convertir este método en un sistema completo
que puedes usar para estudiar cualquier cosa…
de forma más rápida, más profunda…
y más duradera.

Pero por ahora, quédate con esto:

Si puedes explicarlo con palabras simples…
entonces ya no solo lo entiendes.
Lo haces tuyo.

Y eso,
nadie te lo puede quitar.

Cuando no entiendas algo, no te frustres.
Detéctalo.
Esa es la señal de que estás a punto de aprender algo de verdad.

Lo que viene ahora es el paso más poderoso de este método.
Vas a transformar tus errores… en conocimiento duradero.

Coge el libro o los apuntes.
Busca solo esa parte que no entendiste bien.
Léela otra vez.
Con calma.
Pero esta vez, con un objetivo claro:
volver a explicarla con tus propias palabras.

INTERESANTE:  Cómo limpiar una sartén antiadherente y quitar la grasa quemada

Hazlo más simple aún.
Más claro.
Como si hablaras con alguien que jamás ha oído del tema.

No copies.
No memorices.
Reconstruye.

Y usa papel y boli.
Sí, escribir a mano.
Porque lo que se escribe, se fija mejor.
Ese pequeño esfuerzo extra es lo que marca la diferencia.

Estás dejando de ser un estudiante que repite…
y convirtiéndote en alguien que entiende.

Ahora que ya has repasado las partes difíciles, viene el momento final.

Párate frente al espejo.
O frente a la pared.
Y vuelve a explicarlo todo.
En voz alta.
Sin leer.
Sin mirar notas.

Solo tú, tus palabras, y tu comprensión.

No importa si no hay nadie escuchando.
Lo importante es cómo suena en tu cabeza.

¿Fluye?
¿Se entiende?
¿Notas que las piezas encajan?

Ese es el signo de que has hecho bien el trabajo.
No estás repitiendo lo que estudiaste.
Estás transmitiendo lo que sabes.

Y eso… eso no se olvida.

Si quieres llevarlo aún más lejos, puedes usar la tecnología a tu favor.

Abre una inteligencia artificial.
Y pídele que te haga un examen.
Sí. Así de simple.

Dile:
“Hazme 10 preguntas sobre este tema para comprobar si lo entiendo.”

Respóndelas sin mirar nada.
Y luego pídele las respuestas correctas, con explicación.

Ahí verás si de verdad dominas el tema…
o si aún queda alguna pieza suelta.

Este paso es opcional.
Pero muy útil.
Porque el feedback inmediato te ayuda a concentrarte.
Te pone en un estado de enfoque profundo.
Y aprendes el doble en la mitad de tiempo.

Eso sí, no uses la tecnología como atajo.
Úsala como espejo.
Para comprobar lo que ya sabes.
No para saltarte el proceso.

INTERESANTE:  Cómo limpiar la tapicería del sofá sin productos costosos

Recuerda:
El conocimiento real no se copia.
Se construye.

Y eso es lo que acabas de hacer.

Has dejado de estudiar como los demás…
y has empezado a pensar como los que de verdad aprenden.

Porque entender…
es mucho más rápido que memorizar.

Y cuando explicas algo con claridad,
ya no solo lo sabes…
Lo dominas.

aprende cualquirer cosa en 3 pasos